martes, 4 de mayo de 2010

Licuando las deudas de los amigos


Dentro del paquete de leyes económicas que el macrismo aprobó al comienzo del mandato del ingeniero (presupuesto con aumento de impuestos, endeudamientos varios), podemos incluir la sanción de un régimen de facilidades de pago para contribuyentes en mora que, si bien entró en vigencia en septiembre de 2007 (ley 2406, prorrogada por 60 días a través de la ley 2504), sus efectos se harían sentir básicamente en el transcurso de la actual gestión, ya que el ingreso a la moratoria exigía el pago contado del 15% del capital adeudado y el resto se podría pagar hasta en 60 cuotas fijas, obteniendo una reducción del 50% al 100% de los intereses.
El régimen aprobado en esa ocasión, como suele ocurrir con las moratorias, era muy injusto para quienes tenían sus impuestos al día. A pesar de que sólo se condonara la mitad de los intereses, poner el 85% del capital en un plan de 60 cuotas fijas en un contexto de alta inflación (ya se cuestionaban las cifras del INDEC por entonces) implicaba de hecho obtener no sólo una eliminación de los intereses sino una reducción neta del capital adeudado.
En definitiva, una señal espantosa para los contribuyentes.
Siempre se puede empeorar, y concretamente lo acaba de hacer el Gobierno de la Ciudad. Mezclado en un combo que incluye una ampliación presupuestaria para hacer frente a aumentos salariales que no se quisieron poner en la ley de presupuesto vigente y una propuesta de aumento de los impuestos sobre el consumo y la producción en la Ciudad, Macri presentó a la Legislatura un proyecto para llevar a cabo una nueva moratoria, nada más que dos años después de la anterior. Otra gran señal.
El proyecto, presentado con el número 935-J-2010, tiene algunas particularidades: en primer lugar, para acogerse al plan hay que pagar un 20% de la deuda de capital original, a cambio de obtener la condonación de la totalidad de los intereses, siempre y cuando no se trate de grandes contribuyentes ya en juicio. En segundo, que existe una escala de beneficios que varía si se desea pagar una porción menor del capital adeudado.
Hasta ahora, el principal punto de debate se encuentra en los grandes contribuyentes que tienen deudas pero no han sido demandados aún por la Ciudad. Distintos legisladores, por sí o a través de sus asesores, han solicitado al oficialismo el listado de grandes contribuyentes en mora para ver quienes serían los principales beneficiarios de la moratoria. La respuesta del macrismo ha sido que esos contribuyentes están protegidos por el secreto fiscal, a pesar de que el Código Fiscal los excluye expresamente en su actual artículo 84º:

Art. 84º: Autorízase al Poder Ejecutivo a disponer bajo las formas y requisitos que establezca la reglamentación, que la Dirección General (por la Dirección de Rentas) publique la nómina de los responsables que registren deudas por el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, Contribuciones de Alumbrado, Barrido y Limpieza, Territorial y de Pavimentos y Aceras, Patentes sobre Vehículos en General, Contribución por Publicidad y Gravámenes por el Uso y Ocupación de la Superficie, el Espacio Aéreo y el Subsuelo de la Vía Pública, de los grandes contribuyentes de la Ciudad, indicándose en cada caso los conceptos a ingresar respecto de tales obligaciones tributarias por los periodos no prescriptos (la negrita es mía).
Contar con dicha información puede ser muy importante a la hora de saber a quienes se está beneficiando. Es increíble que si una persona solicita una condonación de deuda de ABL por un monto que puede ser ridículamente menor a lo que se ha de perdonar con la nueva ley, la Legislatura solicite al Poder Ejecutivo un listado completo de su deuda, obligue al Ministerio de Desarrollo Social a hacer un informe de la situación socioeconómica de la persona y pida al registro de la propiedad antecedentes para saber si el solicitante tiene alguna otra propiedad a su nombre. No se comprende por qué en estos casos los Diputados no pueden acceder ni siquiera al listado de los grandes deudores.
Como mínimo, habría que poder acceder a la situación financiera de cada uno, dado que las moratorias recurrentes (sobre todo en términos tan ventajosos para el deudor como para reducir en términos reales el capital adeudado) son una invitación a no pagar los impuestos y a poner la plata a trabajar a las jugosas tasas en dólares que ofrece el mercado (las letras del tesoro que coloca la Ciudad, por ejemplo) el dinero que debe destinarse a pagar los impuestos.

Imagen: Rentas Ciudad

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